Detrás de la estantería: la amenaza de prohibir libros en conversación con Julian Winters

En el mundo distópico de Fahrenheit 451 de Ray Bradbury, la idea de quemar libros y prohibirlos al público era como una aterradora obra de ficción. Sin embargo, no sabía que hoy es una realidad que suena cada vez más fuerte, y no un escenario alguna vez ficticio.

Últimos informes de ABC Noticias muestran una tendencia alarmante, ya que casi la mitad de los libros recientemente prohibidos tratan sobre temas LGBTQ+ y personas de color. Además, según poetas, editores, novelistas PEN América , el año escolar 2022-2023 vio un aumento alarmante de la censura, particularmente centrada en discusiones sobre raza, historia, orientación sexual y género. Estos no son sólo unos pocos casos aislados; es una epidemia a nivel nacional con más prohibiciones de libros que nunca.

No se trata sólo de qué libros los estudiantes pueden y no pueden leer. Se trata del tipo de sociedad en la que queremos vivir: una en la que las diversas voces sean honradas, no silenciadas.

En una entrevista reciente con The Justice, el exitoso autor Julian Winters compartió sus pensamientos sobre el impacto de la censura en LGBTQ+ y

Literatura negra, nativa y de color. Al reflexionar sobre su participación en el programa Escritores en las escuelas LGBTQ+ de Lambda Literary, Winters abordó las cada vez menores oportunidades para que los autores interactúen con lectores jóvenes debido a las crecientes presiones de la censura.

Winters dijo: «Con el aumento de la prohibición de libros, veo menos visitas escolares año tras año». Atribuyó la disminución a los temores de los educadores de una reacción violenta contra la publicación de autores de libros relacionados con narrativas BIPOC y LGBTQ+. Afectado personalmente por estas tendencias, Winters reconoce su privilegio como autor reconocido. Recuerda sus años escolares, cuando el acceso a libros distintos de los proporcionados en la biblioteca o asignados en las aulas estaba limitado por medios económicos: «No tenía dinero para comprar aquellas novelas de tapa dura».

Estos encuentros cara a cara le dan a Winters una idea de los efectos de la prohibición de libros, especialmente en los lectores jóvenes. Señaló: “Es difícil ver cómo estos libros salen continuamente de los estantes porque conozco personas que se identifican de esa manera o se ven a sí mismas en estas páginas, y (las bibliotecas) son el único acceso que tendrán a estas cosas. » Esto resalta el impacto real de la prohibición de libros en el acceso de los estudiantes a narrativas diversas, un impacto que a menudo pasan por alto los adultos que buscan censurar las narrativas sacando los libros de contexto.

Al abordar la censura fuera de contexto que rodea diversas narrativas, Winters ofrece una visión del impacto en el mundo real de la prohibición de libros en la exploración de la identidad personal de los estudiantes. Destaca la incapacidad de los adultos para reconocer las consecuencias de tales acciones para los lectores jóvenes, lo que hace que eviten celebrar su identidad en público.

«Lo que estos adultos no entienden es que cuando pones a los adolescentes o a estos jóvenes lectores en esa posición, les hace querer alejarse de quienes son», afirma Winters. Enfatiza la importancia de espacios seguros en escuelas y bibliotecas donde los estudiantes puedan explorar y celebrar libremente sus identidades sin temor a ser juzgados o censurados.

Winters llama la atención sobre la ironía de la situación, citando el ejemplo de la serie de Netflix Heartstopper, que surgió como una novela gráfica. Al recordar su propia experiencia después de desarrollar la serie en Tumblr, destaca su profundo impacto en una audiencia diversa, a pesar de contar con dos protagonistas británicos blancos.

“Fue curativo. Fue fantástico ver esas cosas”, reflexiona Winters. Sin embargo, le preocupa que la serie sea una de las más prohibidas en escuelas y bibliotecas debido a su descripción de temas como la homofobia y el bullying. Denuncia la tendencia a malinterpretar este tipo de historias como inadecuadas para lectores jóvenes, en lugar de abordar los problemas subyacentes que enfrentan.

«Estamos sacando estas cosas de contexto, esta maravillosa y hermosa historia», se lamenta Winters. Llama la atención sobre el énfasis inapropiado en la censura en lugar de resolver los problemas del mundo real descritos en la literatura.

Al etiquetar temas incómodos como irrelevantes, sostiene Winters, la sociedad es incapaz de afrontar y abordar los problemas sistémicos que presentan.

La misión de Winters como escritor es cambiar la narrativa y crear protagonistas que se centren en personas BIPOC y LGBTQ+. Para él, la escritura se convirtió en un medio para llenar el vacío y ofrecer representación a las voces marginadas. Winters afirma: «Espero decir que existimos en estos espacios y, por lo tanto, debemos existir en la página».

Winters cree que es muy importante que los personajes marginados estén en el centro de la literatura, ya sea el héroe de la historia, un interés amoroso o incluso simplemente un personaje normal. Winters dice: “Creo que lo más importante para mí es la cantidad de personas queer y BIPOC que aparecen en los medios. Parece que tienen que escalar una gran colina para conseguir ese final feliz. Y quiero escribir más historias en las que podamos hacer cosas normales».

Antes de tomar un curso de literatura asiático-estadounidense de primer año en la universidad, las voces y las historias de destacados asiático-estadounidenses de las islas del Pacífico faltaban en mi viaje literario. Durante la escuela media y secundaria, la falta de personajes que representaran mi herencia me dejó anhelando representación. No fue hasta que ingresé a esa clase universitaria que conocí a autores como Maxine Hong Kingston y Chang-Rae Lee, lo que marcó un cambio radical en mi experiencia de lectura.

Esta exposición a diversas narrativas aclaró la profunda influencia de la representación en la literatura. Resalta la importancia de vernos reflejados en las historias que leemos, validando experiencias e identidades que antes nos hemos sentido marginados. Si bien se han logrado algunos avances en los últimos años, con un aumento en el número de autores de la AAPI protagonizados por miembros de diversos ámbitos de la vida, sigue existiendo una brecha asombrosa en la disponibilidad de dicha literatura en el plan de estudios.

Los comentarios de Winters resaltan el profundo impacto de la representación en la literatura y la urgente necesidad de garantizar la disponibilidad de narrativas diversas para los lectores jóvenes. Mientras enfrentamos los desafíos de la censura, sus palabras sirven como un mensaje importante sobre el poder de la narración para moldear la identidad y fomentar la empatía.

Mientras navegamos por el panorama literario, es fundamental que sigamos abogando por la inclusión y la representación. Al hacerlo, no solo enriquecemos la experiencia de lectura de personas de todos los ámbitos de la vida, sino que también contribuimos a una sociedad más compasiva e inclusiva.

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