Mientras Estados Unidos se prepara para una segunda administración Trump, los estudiantes y universidades internacionales se enfrentan a una incertidumbre renovada. Las prohibiciones de viaje, las restricciones de visa más estrictas y las amenazas de deportación para los activistas estudiantiles han hecho que muchos reconsideren Estados Unidos como un destino para la educación superior. En este clima, Canadá tiene una oportunidad única de establecerse como líder mundial en educación internacional.
Los estudiantes internacionales han sido importantes durante mucho tiempo para el tejido académico, cultural y económico de Canadá. Según la Oficina Canadiense de Educación Internacional, los estudiantes internacionales contribuyeron con 22 mil millones de dólares a la economía canadiense en el año académico 2023-2024, al tiempo que respaldaron más de 200 000 puestos de trabajo.
Sin embargo, los recientes cambios de política, incluidas las restricciones a la inscripción de estudiantes internacionales, corren el riesgo de socavar este éxito. Estas restricciones, destinadas a abordar la escasez de viviendas y reducir el abuso de visas de estudiantes, pueden dañar inadvertidamente la reputación de Canadá como destino principal para la educación superior.
Cada año, el número de estudiantes internacionales en los Estados Unidos supera los 1,1 millones, lo que aporta alrededor de 50 mil millones de dólares a la economía. Sin embargo, durante el primer mandato de Trump, las políticas de inmigración restrictivas y un clima de miedo provocaron una caída del 12% en la matrícula de estudiantes internacionales. Muchos ahora esperan tendencias similares y los estudiantes buscan cada vez más alternativas fuera de los EE. UU.
Este es el momento para que Canadá dé un paso adelante. Al presentarse como un destino estable, inclusivo y acogedor, Canadá puede atraer a estudiantes desencantados con la política estadounidense. Una campaña estratégica que destaque el espíritu multicultural de Canadá, las oportunidades laborales de posgrado y la simplificación de los caminos hacia la residencia permanente podría resonar fuertemente entre los estudiantes internacionales.
India es central en esta conversación. Los estudiantes indios han superado a los chinos para convertirse en el grupo más grande de estudiantes internacionales tanto en Estados Unidos como en Canadá. Canadá es ahora el principal destino para los estudiantes indios y atrae al 40% de los estudiantes internacionales de la India. En Estados Unidos y el Reino Unido también se ha observado que los estudiantes indios representan más del 25% de su alumnado internacional. Estos estudiantes no son sólo visitantes temporales; muchos se quedan, se integran a la fuerza laboral y llenan vacíos críticos en STEM y otros sectores.
En una visita reciente a la India, noté un mayor impulso al marketing por parte de las universidades canadienses. Sin embargo, este entusiasmo debe ser respondido con sustancia. Los estudiantes internacionales se sienten atraídos por las promesas de educación, oportunidades y estabilidad, pero estas promesas requieren políticas e inversiones estrictas para estar a la altura de las expectativas.
Canadá tiene sus propios problemas, incluida la crisis inmobiliaria y la proliferación de instituciones educativas falsas. Las recientes restricciones a la contratación (una reducción del 10% en los permisos, incluidos los para estudiantes de posgrado) tienen como objetivo abordar estos problemas, pero corren el riesgo de disuadir a los mejores talentos. Los estudiantes de posgrado que realizan contribuciones significativas a la investigación y la innovación representan ahora alrededor del 12% de los permisos de estudio. Excluirlos de las instituciones canadienses podría debilitar la competitividad del país a largo plazo.
En lugar de restricciones generales, se necesitan medidas específicas. Estos incluyen:
Incrementar la inversión en vivienda para abordar la escasez que afecta desproporcionadamente a los estudiantes.
Fortalecer el seguimiento de las instituciones educativas para erradicar a los tramposos. En 2024, Canadá invalidó más de 17.000 cartas de aceptación falsas. Ampliar tales esfuerzos podría proteger a los estudiantes sin penalizar a las universidades legítimas.
Políticas fronterizas mejoradas para garantizar la entrada fluida de estudiantes y al mismo tiempo mantener la seguridad nacional.
El primer mandato de Trump ha visto importantes perturbaciones para los estudiantes internacionales, desde prohibiciones de viajar a países de mayoría musulmana hasta restricciones a las visas de estudiantes en línea durante la pandemia. Esta política ha dejado a los estudiantes confundidos y desilusionados con las instituciones estadounidenses. Muchos estudiantes indios y chinos, que en conjunto constituyen la mayoría de los estudiantes internacionales, se sintieron especialmente atacados. Canadá debería aprovechar esto ofreciendo una política de inmigración clara, consistente e inclusiva.
Programas como el Permiso de Trabajo de Postgrado (PGWP) y el Vía Rápida hacia la Residencia Permanente ya son características atractivas del sistema canadiense. Ampliar estos programas manteniendo su integridad puede atraer estudiantes que buscan oportunidades a largo plazo.
Los riesgos económicos son importantes. Sólo en un año fiscal, los estudiantes internacionales contribuyeron con más de $112 millones a Sheridan College. Sin embargo, las recientes restricciones de inscripción han resultado en la suspensión de 40 programas en la universidad, con una pérdida proyectada de $112 millones en ingresos. Estos ejemplos ponen de relieve los riesgos de una regulación excesiva sin reformas adecuadas.
Los estudiantes internacionales aportan diversas perspectivas y redes globales al tiempo que cubren la escasez de mano de obra en sectores de alta demanda. En los campos STEM donde los estudiantes internacionales dominan el alumnado, Canadá no puede darse el lujo de perder terreno. Una estrategia educativa internacional sólida no consiste sólo en llenar las aulas; es la piedra angular del futuro económico y social de Canadá.
Canadá tiene una rara oportunidad de repensar su papel en la educación internacional. Al abordar cuestiones sistémicas y al mismo tiempo explotar las fallas de la política estadounidense, Ottawa puede garantizar que Canadá siga siendo una de las mejores opciones para el talento internacional. Ampliar la distribución de estudiantes de posgrado y simplificar los caminos hacia la residencia permanente son primeros pasos importantes.
Para los estudiantes y familias indios que sopesan sus opciones, Canadá ofrece una alternativa convincente. Sin embargo, el gobierno canadiense debe actuar con decisión para garantizar que sus universidades sigan siendo competitivas a nivel mundial y que la economía se beneficie de la afluencia de talento internacional. Hay mucho en juego y ahora es el momento de actuar.
Faisal Kati es abogado, profesor de derecho en la Facultad de Derecho de Southwestern en Los Ángeles e investigador en el Centro para la Seguridad, la Raza y los Derechos de la Universidad de Rutgers.